La Agencia del Cine y el Audiovisual del Uruguay (ACAU) celebra los 90 años de Mario Handler, uno de los principales referentes del cine documental nacional, y uno de los nombres más relevantes del llamado Nuevo Cine Latinoamericano.
Mario Handler nació en Montevideo, el 10 de noviembre de 1935. Hijo de padres húngaros instalados en Uruguay, tuvo una infancia y adolescencia tranquila en la que en aquella época se decía la Suiza de América. Estudió ingeniería, pero nunca terminó la carrera porque desde muy joven empezó a trabajar como fotógrafo y cineasta para medios locales.
Foto: Archivo familiar 2025
En los años 50, participó activamente en los concursos de cine amateur organizados por los cineclubes, donde realizó sus primeros cortometrajes. En 1960 entró a trabajar en el Instituto de Cinematografía de la Universidad de la República (ICUR), realizando películas de corte social, como Juegos y rondas tradicionales del Uruguay.

Foto: Archivo familiar 1965
En 1963 viajó a Europa y estudió cine en las universidades de Utrech y Praga durante dos años. En esta última ciudad filmó el cortometraje En Praga que causó gran sensación entre los estudiantes y profesores.
De regreso en Uruguay, filmó con equipos del ICUR Carlos, cine-retrato de un caminante en Montevideo, película que lo dio a conocer en toda Latinoamérica. A partir de ese momento, comenzó una época de prolífica producción: Llamadas (1966), Cañeros (1966), Elecciones (1967), Me gustan los estudiantes (1968), Liber Arce, liberarse (1969), El problema de la carne (1969). Algunas de esas imágenes se han convertido, con los años, en parte del archivo colectivo del país, repetidas innumerables veces cada vez que toca enseñar las manifestaciones callejeras de la época.
Sobre “Carlos, cine-retrato de un caminante en Montevideo”, dijo: “Estaba muy enojado con el país que no funcionaba, enojado por la corrupción, entonces empecé a buscar y encontré a Carlos y la verdad es que me enamoré del personaje. Pero entonces sí, ahí uno quiere ir más allá, vamos a ponerlo de esa manera. Yo quiero penetrar y para eso necesito conflictuar, ¿por qué no? Escandalizar no me preocupa. Estaba muy hinchado de las películas turísticas sobre nuestras playas, que está comprobado que no sirven para nada.” (**)
En 1969, fundó la Cinemateca del Tercer Mundo (C3M), junto a otros realizadores como Mario Jacob, Walter Achugar, Rosalba Oxandabarat, Walter Tournier, Gabriel Peluffo o Eduardo Terra. Allí exhibían y producían películas comprometidas, de denuncia social y política, sobre la complicada situación del país y del continente. En 1972, la C3M fue desmantelada por los militares y Handler huyó a Venezuela, donde permaneció hasta 1999.
En Venezuela su fama se incrementó. Empezó a ser estudiado en universidades europeas y norteamericanas y frecuentaba a directores extranjeros como Wernor Herzog, Roman Polanski, Raúl Ruiz o Costa-Gravas. Allí se dedicó de lleno a la labor audiovisual: producía películas para la televisión, filmaba por encargo, importaba y vendía equipos técnicos, impartía clases en la universidad. Además, seguía filmando documentales comprometidos, como Dos puertos y un cerro (1976), Tiempo colonial (1977), o María Lionza, un culto de Venezuela (1979), y también su único largometraje de ficción, Mestizo (1989). En 1981 fue becado a Alemania por la fundación Guggenheim y allí conoció a Karin, con quien está casado desde entonces.

FOTO: Archivo familiar 1965
Regresó a Uruguay en 1999 y empezó a dictar clases de cine en la Universidad de la República. Interesado por la crisis económica y social, decidió filmar durante dos años a un grupo de personas en un barrio marginal de Montevideo. De esa experiencia nació Aparte (2002), largometraje envuelto en escándalos que no le impidieron tener un éxito sin precedentes, superando en taquilla a la célebre Matrix. La controversia fue tal que llegó a discutirse en el Parlamento y Handler fue llevado a juicio, del que salió sin cargos. La película ganó premios en numerosos festivales de cine nacionales e internacionales.
Sobre “Aparte” dijo: “Estoy aquí yo y mi cámara. Esa experiencia me gustó mucho, lo que fue angustiante fueron los ataques posteriores. Me acusaron de que les había pagado, de que abusé de la confianza que me dieron para ir a la Colonia Berro, a las cárceles. El tema para mi se convirtió en estudiar y filmar la marginación cultural de los jóvenes.” (**)
En 2007, estrenó Decile a Mario que no vuelva, un documental sobre las secuelas de la dictadura que volvió a ocasionar polémica. Cuatro años después, regresó a la arena política con El voto que el alma pronuncia, sobre las elecciones de 2010, y en 2015 se retiró con su última película, Columnas quebradas, sobre los sindicatos uruguayos.
Mario Handler es uno de los directores de cine más reconocidos de Uruguay y Latinoamérica. Su obra ha sido largamente estudiada por académicos de todo el mundo, como una muestra fiel del llamado Nuevo Cine Latinoamericano, y figura en los programas de universidades españolas, alemanas, italianas, inglesas y estadounidenses.
FOTO: Archivo familiar 1965
En 2007, una encuesta de críticos cinematográficos situó a sus películas Aparte, Elecciones y Carlos, cine-retrato de un «caminante» en Montevideo entre las diez más importantes de la historia del cine uruguayo. En 2012, Casa de América en Madrid lo recibió para una retrospectiva de su obra, en 2014 fue homenajeado en el Festival de Cine de La Habana y en 2016 recibió el premio a la trayectoria de la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay, por su dilatada e importante carrera. El premio mayor del festival de cine AtlantiDoc lleva su nombre. Desde 2022, vive en Madrid junto a su esposa.
“Si no filmáramos el presente, no habría un pasado en el futuro.” (**)
El indescifrable
Por Ronald Melzer (*)
Mario Handler ha vivido, vive y vivirá en permanente tensión. El intelectual y el intuitivo. El científico y el humanista. El último enciclopedista y el primer usuario de internet. el técnico y el hombre de letras. El cineclubista y el hacedor. El uruguayo y el judío. El izquierdista indomable y el crítico de todas las izquierdas. el revolucionario y el demócrata. El militante y el sibarita. El político y el cineasta. El documentalista y el reportero. El director y el montajista. El fotógrafo y el libretista. El archivista y el renovador. El hijo letrado de la generación del 45 y emblema cinematográfico de la generación del 60. El amigo de Alsina Thevent, Onetti, Benedetti, Gardel Batlle y Ordoñez y Artigas y el indomable adverso de todos ellos. El hombre exiliado y el hombre en casa. El europeo y el latinoamericano. El europeísta y el latinoamericanista. El creador fiel a sus ideas y el autocrítico que sueña con cambiarlas. El individualista y el hombre de equipos. El hermano y el solitario. El hijo y el padre. El montevideano y el ciudadano del mundo. El ansioso y el anacoreta. El investigador y el investigado. El purista y el converso. El constructor y el autodestructivo. El que se siente fuera del mundo y dentro de él. El fundador de su propio mito y el alimentador de serpientes. Muchos de esos personajes, todos ellos parte de una entidad única y acaso indescifrable llamada Mario Handler, habitaron su obra. La obra de quien siempre quiso participar a la vez que miraba desde otra parte. La obra de quien se sentía (cómodo) en los márgenes, pero luchaba por convertirse en centro. La obra, pues, fruto de la tensión que lo define. Su fruto más visible y perdurable.
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(*) Ronald “Ronny” Melzer (Montevideo, 1956-2013) fue un crítico y productor de cine, periodista deportivo, árbitro de fútbol y contador público uruguayo.? Fundó y dirigió durante 28 años, hasta su fallecimiento, Video Imagen Club (VIC), influyente videoclub especializado en cine clásico.
(**) Las citas de Mario Handler como el texto “El indescifrable” de Ronald Melzer, se tomaron del librillo promocional “Un Cineasta interminable. 80, 6 años de cine” (2016), editado para el estreno de “Columnas quebradas” en 2016.
ACAU agradece especialmente a Florencia Handler y Álvaro Lema Mosca por el aporte de textos y archivo de fotos familiares.